Volamos en Preferente

¿Qué tienen en un común, la pinza,  el coco y la olla? , pues qué, queridas compañeras de cromosomas, a todas se nos van…

(Pero, por favor, primero apartemos de la mente, el tema utensilios de cocina…y segundo, escuchémonos para averiguarlo. La fiabilidad es 100% imaginación).

Supongo  que lo de la pinza, será a causa de que a menudo “parece” que estamos un pelín colgadas, lo de la olla, (que se nos va), por la necesidad de explotar, cuando el punto de ebullición está al limite, ¿ y por qué no?, que a nosotras también nos gusta el tema calentito. Lo del coco, pues o bien porque interiormente está tan llenito como el nuestro, o es que cuando la olla explota al quedarse tan colgada, lo mejor es evadirse y desplazarse al caribe. ¿Te vienes?.

Antes del viaje, un aviso:

Todas llevamos  unos bikinis monísimos, que nos divinizan cuerpo y “coco”, volamos en preferente, las maletas funcionan con control remoto, y nos hacen zapping de vestuario sin necesidad de plancha.

Por favor viajeras, revisen su pasaporte, no se permite prohibirse absolutamente nada, y es preciso que  su distintivo, las diferencie

Nuestras pasajeras son únicas, y precisamente por ello, son especiales.

– El billete de la felicidad no esconde moratones, y antes de embarcar, es necesario vaciar del equipaje, las sobrecargas de los “comandantes extraviados”.
– Sí  ellos desean estrellarse, que no sea con tu estrella, ni con la de los tuyos.
– Los astros no te quieren en desprecio, y por mucho que aparente volar tu cometa, sí el hilo tira, es preferible cortarlo (aunque sea con los dientes), y dejarse llevar por el viento, mientras diseñas tu propia  tripulación.

Yo te advierto que estoy empezando a perfilar la mía, el vuelo tiene ciertas turbulencias, pero sigo convencida, de qué el piloto está a punto de ser automáticamente mi compañero de alturas (y descensos varios). Aunque en cuanto baje de la nube, llueva un poquito en mi mirada y requiera que el segundo de abordo me recuerde que el chaleco salvavidas, no solo está debajo de mi asiento, sino que además me queda genial con las mechas.

Y es que parece mentira que en pleno  siglo XXI, nosotras,(xx), que conseguimos y reivindicamos tanto en el siglo XX,  por nuestros derechos e identificación como  mujeres, perdamos tanto los papeles, la documentación y si me apuras las neuronas, en cuanto damos con él (xy) ,que nos da más.

Vértigo. (Y  sí me permites confesarme, últimamente estoy de lo más mareada).

Pero a pesar de los pesares, de los pesos de más y de ciertos pesados, una tormenta en pleno  trópico es hasta romántico, y entre tú y yo, en cada gota se esconde un amanecer de ensueño.

Y ahora despierta, porque si te duermes, no vas a atender las explicaciones de la azafata, y es IMPORTANTISIMO reconocer donde están las salidas de emergencia.  (AUTO-AZAFATATE).

Mantén largas conversaciones contigo misma, escucha todas las partes, suaviza en subjetividad y sé relativamente justa, sin  necesidad de justificarte.

Escucha al «albañil» interior, y sé tu propio piropo, eso si, no te pongas demasiado boba, recuerda que la nube, no sólo es en cuestión amorosa, y tan pronto puede ser un algodón de caramelo, como llenarte de relámpagos y personalidad rayada. Por favor, que no te llene lo vacío.

Y es qué, de por si,  ya tenemos suficiente con que se nos vaya la pinza, la olla y de vez en cuando perdamos el coco, como para rayarnos solitas.

Así es que disfruta de la Dutyfree, lígate a ti (y a quién o quienes te apetezcan), carga tus maletas con humor, afecto, con tu gente,  tus libros, tu música, con el placer sencillo de seguir descubriendo…

Te ruego que tomes el vuelo que sea, te duches de vida, te bañes de paraíso, y no descuelgues nunca la pinza, aunque sientas overbooking y creas que se te va…