Supervivencia

“Y puede ser que me equivoque otra vez, y puede ser que vuelva a perder, pero la vida me dice que me toca a mi eso de sentirme bien…”, así comienza el nuevo single de Conchita, y así quiero que comiencen nuestros días. Bienvenidas a  “NO TIRAMOS LA TOALLA punto porque podemos”.

Queridas amigas y compañeras de cromosomas, un nuevo día se despierta mientras nuestra materia gris sigue dormida pensando en aquello que no nos sale. ¿Tan importante es? ¿Acaso es vital y le corresponde que dediquemos tanta energía?

Decían los muy sabios, que la energía ni se crea ni se destruye, que simplemente se transforma, entonces es cuando recurro a esas odiosas clases de física para aplicarme mi propia teoría. Debemos equilibrar nuestras energías, y no dar todo por perdido. Como no va a desaparecer, entonces apliquemos los conocimientos de la ciencia a nuestra  vida para establecer la conexión del SI PUEDO (siempre que quiera).

Y si obviamente, tus circunstancias te vinculan a expectativas diferentes de las que te habías marcado, estate alerta y preparada para el cambio. No pasa nada por frenar cuando hay un STOP gigante,  simplemente cambia de sentido.

Los atascos queman y a veces los semáforos se estropean y no regalan un ámbar ni por asomo, así que si es tu caso, y en la autopista de tu vida estás pagando un peaje demasiado alto por no poder, entonces sal del coche, pisa la calzada y siente el calor energético de la gravilla que te desviará por un camino más afín a tu persona.

Cuando hablo de no tirar la toalla, no descarto la idea de cambiarla, de modificar el uso que le estamos dando, o de mudar nuestro ropero de baño, por un albornoz. Cualquier cosa es válida, mientras sea lo que queremos en ese momento, no pasa nada por  variar nuestras opiniones.

La edad nos modifica, y no podemos estar permanentemente  enganchadas a “DONDE DIJE DIGO, DIGO DIEGO”, quién considera hipócrita el cambio en la mentalidad, en gustos o en deseos, es porque aún no ha dado el paso a madurar, y el bendito espíritu infantil le tiene secuestrado/a. (Qué lástima).

Piensa por ejemplo en tus cremas, ya el acné no es el problema, puede que aún estés en fase hidratante en zona T, e incluso acercándote a la necesidad de nutrición, o sientas la alarma del botox llamando a tu puerta, entonces descubrirás  que posees la inmensa suerte de seguir cumpliendo amaneceres y evolucionar en tu durante.

Y es que tontas no somos, y  si mantener la piel tersa y suave nos conserva el espíritu vivo expectante, lo mismo sucede con la mente (hidrátatela en tolerancia contigo misma). Dicen que este potingue es milagroso y levanta todo lo que quieras, incluso la autoestima.

Funciona a modo de viagra emocional y no necesitas receta, ni antecedentes de disfunción en ningún campo (aunque las malas lenguas aseguran el mismo efecto en terreno “levantamientos”).

Nosotras, algunas con unos años y otras con otros,  sabemos que la vida es muy sabia, y que ella también nos regala unas lecciones para que aprendamos a dar volantazo(s).

Las señales no debemos tomarlas a la ligera, y ya sea el destino, la casualidad o la providencia, es bastante temerario no preguntarse porqué están ahí y qué  quieren de mí.

Dice la maravillosa canción de Conchita, que “si se cierra una puerta, se abre un ventanal, con vistas al mar…”, nosotras por ahora no necesitamos tanto, pero con que inspeccionemos un poquito en nuestras propias cadenas y cerraduras que nos atan a nuestras ambiciones, tal vez logremos escapar de aquellas palabras, y conjuguemos un nuevo verbo desde la libertad y con ventanas a modo de S.O.S.

Afortunadamente la mayoría de nosotras hemos logrado la independencia económica, gracias a confiar en que ser mujer no era incompatible con ser profesional, por eso, no podemos enclaustrarnos en la no evolución mental y debemos cederle a la vida la oportunidad de sorprendernos. Tal vez no nos guste o puede que nos encante, pero sea lo que sea, sentiremos que estamos vivas, y eso, por supuesto, si es hidratante. No es sólo feminismo, es supervivencia.