
Pene no incluido
De paseo por las montañas cibernéticas, mi imaginación ha llegado al valle del: ¿Por qué no?, y ahora en plena senda, corro, corro y corro.
Queridísimas compañeras de cromosomas, ¿cómo están ustedes?, bueno, vosotras, que en este juego de palabras o parafraseando a un nuevo amigo y querido lector de nuestra sección (porque también nos leen ellos), Óscar, estas “fragancias de mis pensamientos” tienen los días encaminados a ti, quién siempre serás quién decida parar o continuar leyendo.
Y con este juego del no parar, del seguir un poco más y llegar más arriba, mi curiosidad mató a mi gatita interior y me ha descubierto que todas podemos y debemos jugar a ser leonas. GGGGGGGGGGGGRRRR
Buscando el ideal navideño y el regalo original, he conjugado al misterio y olvidado ser princesa, para sucumbir a los deseos más profundos e intensos de la fantasía. Así que recojo la bufanda de cuadritos, las perlitas y los lacitos de niña mona, para adentrarme en el mundo del juguete erótico. ¿Te apuntas? (dicen que hay cola…)
Cierto es que ya no estamos ni para vestir santos, ni para fingir orgasmos, pero en ocasiones la poca destreza de algunos, puede convertirnos en las mejores actrices y simular a mi querida Meg.
Por lo que, abriendo el horizonte mental del misionero y del “¿ya está?”, he pasado a fase inquietante, para presentarle a mi compañero de almohada mis propias realidades ocultas.
¿Señoras, saben ustedes lo apasionante que puede ser volver al carnaval e introducir en la sensualidad de las sábanas a la Caperucita Lobuna, a la Comisaria Rebelde, a la Conejita traviesa, a la Sirvienta Cachonda, a la colegiala entusiasta o a la diablesa más mala?, yo no lo sabía, hasta que decidí investigar, y como buena periodista, documentar mi información y conservar mis fuentes.
La novedad menos novedosa en realidad, (ya que lleva haciéndose clandestinamente desde la época de los Guerreros de Xian y más allá), pero que es genial para liberar endorfinas, cotillear los gustos y travesuras de tus vecinas y pasar un rato muy divertido con tus amigas, mientras te enseñan por donde se mete el aparatito azul, es hacer una fiesta TupperSex.
La Maletita Roja llega a tu hogar, un par de copitas, ir jugando al desenfado, y ¡ZAS!, la más recatada se lleva el XXL…
Claro, que también hay cremas, aceites, plumas y delicatessen para el paladar del más goloso miembro con el que la mujer puede gozar, el cerebro. Y es que la experiencia nos demuestra que ni toqueteo por allí, ni lengüetazo por allá, ni postura complicada, a nosotras se nos excita con la cabeza, y no precisamente la de la…
Y no es que decidamos hacerles prescindibles, sino que si queremos, podemos hacerlo.
Hay quienes disfrutan con la presión de la ducha, o les entusiasma las revoluciones del cepillo eléctrico dental, el roce del sillín o el automasaje, pero mi consejo, desde el punto de vista más objetivo, si es que alguien se cree que existe, es compartirlos, no despreciar o apartar del momento al de al lado, sino colocar un arnés imaginario en nuestra vida civilizada, para rozar el anarquismo sexual y dejarse llevar por el gusto.
¿Si gustas…?
En mi trabajo de campo, reconozco que he disfrutado como una loca, pero sobre todo, porque me he reído y hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien de tener arrugado el contorno labial.
Me llamó la atención este anuncio, de Sexshopencasa:
Lo mejor es la aclaración, donde lamentablemente te especifican que el miembro viril no entra en el pedido, pero ¿realmente necesitábamos esa aclaración, estamos en un mundo donde creemos que con un simple click tenemos todo al alcance?, incluso el pito(con perdón).
Lo peor en algunos casos el precio, ya que tanta gama de juguetes, está dirigido a un público solvente y según veo, muy exigente.
Pero me atrae el diseño, el juego de rosas, plumas, rojos salvajes, patitos ideales… creatividad alejada del porno vulgar, puro y duro, y demasiado simple, para acariciar el lenguaje del erotismo con acentos femeninos.
Vibradores para el clítoris, para la vagina, bolas chinas, disfraces, lencería erótica, artículos sado, películas carentes de guión, alargadores de pene, lubricantes, fundas para el pene, preservativos piruletas, lencería comestible, sofás para alcanzar el clímax, juegos para entonarse, masturbadores para hombre, mujer, parejas , latex, taconazos, cuero y la panacea orgásmica dirigida al infinito y más allá.
Los títulos son mucho menos explícitos que mis palabritas para situarlos, pero eso os lo dejo para vuestra investigación, y es que el placer, comienza buscándolo…
Reconozco mi completa incultura en el sector (antes de adentrarme en el lujoso y oscuro mundo del goce), y lo interesante que resulta ir abriendo la Caja de Pandora, simplemente con escribir en Google “Disfraz Sexy”.
Un nuevo e intenso mundo se despertó en mi rutinario “por aquí-por allá”, para fantasear con las múltiples y divertidísimas posibilidades que la casualidad, y que el anonimato de Internet ha querido regalarnos para las que llevamos la discreción en nómina, pero no quiero ser mujer discretas.
Hay lujuria que admito se escapa de mis necesidades, pero a modo de capricho personal, como regalo original, para sorprender al de al ladito y la verdad, hasta a una misma, pretendo escojamos un lubricante cerebral que permita no juzgarnos y nos tiremos, literalmente al mar de la pasión, para empaparnos de placer, mimarnos como nos merecemos y conjugar a la posibilidad sin reparar en gastos emocionales y asumiendo que en esto, el límite es tuyo.
Eso si recuerda lo dicho, y es que en esta lamparita de deseos, todo, no está incluido, ni siquiera el genio.
Diana G. Marugán
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