Un pedacito de mi en el Cirque Du Soleil

Queridísimas compañeras de cromosomas, me siento frente al teclado y la inercia navideña me devuelve a una infancia inventada, donde la fantasía era capaz de jugarse su ilusión con tal de maquillar lo oscuro.

Envuelvo en lazos rosas y en papel de colorines con fragmentos verdes, blancos y rojos, mientras etiqueto uno a uno a mis seres queridos, como si al poner su nombre en cada regalo les entregase un pedacito de mi, un «chin» (como dicen en el Caribe) de aquella ilusión, que a día de hoy sigo reinventando por una cuestión de principios.

No sé si creer o dejar de ser una crédula, no sé si imaginar o ser realista, pero sé que siendo como soy, al menos no contribuyo en la hipocresía mediocre de quienes alardean del asqueo navideño simplemente por rebeldía borrega.

Entiendo el hastío, la indiferencia o los argumentos que desamontonan los míos con cierto sentido, e incluso con parte de los cinco, pero yo juego demasiado a ser princesa y en Navidad, me da la gana serlo.

(Aunque en mi GPS la opción Castillo no aparezca y la casi siempre aburrida señorita del antiguo 1003 me diga:
– “COMO CASTILLO NO ME VIENE”).

Pero benditas sean las ilusiones, las risas VERDADERAS y hasta las falsas, los compromisos sin motivación y las rebajas de después.

Y en estos momentos mientras navego por la red para encontrar el mejor modelito de Mamá Noel, os quiero abrir el saco rojo y recomendaros los mejores regalos que me apetece dibujar en un lienzo navideño. ¿Has sido buena?

Lo primero es un regalo para el alma, y no hay nada mejor que apreciar el arte con todos los sentidos y descubrir que en la magia “también es importante sacudir la Varita”.

VAREKAI es el nuevo espectáculo con el que el Cirque Du Soleil nos ha sorprendido en estos tiempos invernales.

Es cierto que no hay marca que mejor venda que aquella que ya no necesita publicidad, pero me veo obligada a entregarle a tu ser y también al de las personas que quieres, una directriz que indique dónde ser felices, y puedo gritar, jurar, susurrar y asegurar, que no hay conejo ni chistera tan placentera para el ser humano como disfrutar en mayúsculas de la majestuosidad circense.

El mejor espectáculo que han visitado mis sentidos. Profesionales sin fronteras, auténticos genios sobre la carpa. Fantasía es la palabra que los define y delito el que cometes si no los visitas.

Para los oídos voy a ponerme marchosa, y preparar los calentadores para recuperar mi memoria musical ochentera y vivir un apasionante viaje a la década donde nací.

El teatro madrileño Muñoz Seca tiene el placer de invitaros a disfrutar del ritmo y del talento de un maravilloso elenco artístico, encabezado por María Bravo, quién sin desprestigiar al resto, reconozco está espléndida.

Y esto me cuesta un poco la verdad, porque es injusto, canta de miedo, es guapa a rabiar, tiene un cuerpo monísimo y además transmite una fuerza que no deja cadera sin mover ni palmas sin fundir en aplauso.

Desde luego a veces este Dios o Dioses son tan injustos…, eso sí, nos ofrecen la posibilidad de verla en FLASHDANCE.

Para el humor no hay nada mejor que encontrarnos frente a frente con la experiencia de uno de los mejores actores de este país, Arturo Fernández, y con la versatilidad de la actriz Carmen del Valle, ambos nos envuelven en la atmósfera de la sorpresa. El teatro Marquina de Madrid abre el telón del auténtico galán, el señor del teatro y de las tablas mejor pisadas que un artista puede presentar. Risa asegurada, pero también reflexión e incertidumbre, las neuronas comienzan a trabajar desde el primer instante en que compramos la entrada para subir a su MONTAÑA RUSA y descubrir que vivir es un auténtico parque de atracciones, donde lo de menos es el tren de la bruja.

Para el olfato, os invito a mis fragancias más selectas, he abierto mi pituitaria para envolver nuestra sensualidad y armonizar nuestro estilo aromatizante eligiendo los perfumes y colonias que perfilan nuestra esencia. Una gotita en la muñeca, una en el cuello (o dos si esa noche es cuestión de insistir) y sobre todo mi arma secreta, “vaporizar el aire y penetrar al estilo delfín en cada molécula dispersada”.

Para la vista lo mejor es un espejo. Quiero que te sientas equilibrada, feliz de ser quién eres y trabajes tu autoestima para encontrar tu punto sereno.

El resto de sentidos los dejo en pause de recomendaciones, mientras enjuago mis neuronas para lo siguiente, sigo envolviendo tu regalo y buscando el mejor lazo.