
Ellas lo prefieren blanco, el vino
Es tiempo de vendimia y últimamente las mujeres bebemos cada vez más vino, y aunque lógicamente cada una tiene su preferencia, pero muchas se animan a probar por primera vez.
Dicen que las mujeres «en general» prefieren el vino blanco y a veces el rosado y que pasan del tinto pues lo encuentran muy agresivo al paladar…no estoy de acuerdo con ello ya que yo personalmente soy mujer de tintos, amantes de los cabernet y enamorada de los merlot… esto es un tópico que todavia sigue en la calle pero con el tiempo y como demuestra este estudio se desterrara.
Dicen también que escogen los blancos porque son más suaves, frescos y livianos. Un estudio sobre vino y mujer, hecho en Argentina, donde el consumo per cápita anual ronda los 30 litros, investigó los hábitos de consumo generales de la mujeres y dio como resultado una tipología de consumidoras con datos bastante curiosos, que las agruparon en grupos según la forma de degustarlo.
Se clasificaron como: la curiosa, la tradicional, la ligera, la joven, la entusiasta y la indiferente. Os invito a recorrer esta simpática y novedosa segmentación.
Curiosa: es una mujer que conoce diferentes variedades, gasta bastante dinero por botella, consume con relativa frecuencia, pero no a diario. Le gusta tanto el vino tinto, como el blanco, pero rechaza el rosado. La edad media de este tipo de consumidora está entre los 40 y los 50 años.
Tradicional: consume casi exclusivamente vino tinto y lo hace con frecuencia, prácticamente a diario. No gasta mucho dinero por botella y nunca bebe vino rosado. La mayoría de tiene más de 55 años.
Ligera: es una consumidora más bien ocasional de vino. El rosado está entre sus preferidos, porque no le gusta el sabor fuerte del vino. Son mujeres jóvenes, entre 25 y 35 años.
Joven: es el tipo de consumidora más frecuente entre las mujeres menores de 35 años. Prefieren el vino tinto, aunque lo consumen con poca frecuencia. Están dispuestas a gastar bastante dinero en una botella, porque solo beben vino en ocasiones especiales. La cerveza es su principal competidora.
Entusiasta: son grandes bebedoras de vino. Buscan vinos competitivos, de calidad y a buen precio. También se fijan en las cualidades del vino, pero menos que las consumidoras curiosas.
Indiferente: gastan muy poco en vino. Solo beben vino tinto. No se fijan en las marcas: a la hora de comprar el vino se fijan más en las ofertas. Consideran al vino como una bebida más.

La realidad laboral de la mujer de hoy
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