
La realidad laboral de la mujer de hoy
Realmente, y aunque las condiciones laborales a las que hemos de hacer frente actualmente están cambiando, la mayoría de las oportunidades que ofrece el mercado continúan adaptándose, principalmente, a las necesidades e intereses de los hombres. Aun hoy día, cuando la lucha por la igualdad ha alcanzado grandes metas, ser mujer sigue siendo, generalmente, más un inconveniente que una ventaja para las grandes empresas y multinacionales, que nos ven como personas «poco rentables».
La verdad, es que no podemos volver la espalda a la evidencia y hemos de reconocer que aun nos queda un largo camino por recorrer; aunque también es cierto que estamos muy bien equipadas y nuestras fuerzas no van a flaquear en ningún momento. Si continuamos preparándonos y luchando por el respeto de nuestros derechos, conseguiremos llegar tan lejos como nos propongamos.
Pero, ¿cuáles son, fundamentalmente, las razones que siguen bloqueándonos el paso e impidiéndonos formar parte de un mundo laboral que sigue actuando y pensando en masculino? El famoso techo de cristal, a continuación lo vemos:
¿Por qué no apuestan por nosotras?
Seguramente, esta es una pregunta que nos hemos hecho miles de veces, sin encontrar, por mucho esfuerzo que hagamos, una respuesta fundamentada.
Principalmente, las causas que hacen que nuestro perfil no sea el más buscado son las siguientes:
La maternidad
El hecho de tener que compaginar las responsabilidades familiares con las derivadas de la profesión, es una de las principales batallas que nos quedan por lidiar. Las compañías continúan viendo en la mujer un verdadero problema y una amenaza para su buen funcionamiento económico, ya que en el momento en que se quede embarazada, su rendimiento disminuirá (debido a que necesitará cuidarse mucho más y coger bajas siempre que sea necesario) y ese es un riesgo que no están dispuestas a asumir. Es por esta razón que, a partir de los 25 ó 26 años, las empresas tienden a apartarnos y, en muchas ocasiones, dejan de contar con nuestros servicios por miedo a un inminente embarazo.
Pocas oportunidades y menor sueldo
Por otro lado, la lucha de la mujer por la equiparación de los sueldos y de las condiciones contractuales entre ambos sexos, también es tomada por la esfera empresarial con cierta reticencia. Que la mujer llegue a cobrar hasta un 20 por ciento menos que el hombre y su contrato sea, en la mayoría de las ocasiones, a tiempo parcial, es una situación que viene muy bien a las empresas y, por el momento, no estás muy dispuestas a cambiar. Además de esto, nuestras posibilidades de promoción son bastante escasas. Del número de personas que actualmente están ocupando cargos de responsabilidad, solo un pequeño 8 por ciento son mujeres.
Aunque todo esto es cierto, no debemos desanimarnos. Por el contrario, cada vez estamos más cerca de conseguir el puesto que nos merecemos y por el que estamos batallando día a día.

Ellas lo prefieren blanco, el vino
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