
La Desconfianza en el futuro
Aunque no es un fenómeno nuevo, sí es cierto que en los últimos meses y como un componente más de la situación económica, se multiplican comportamientos una grave falta de confianza. Hay, desde luego, falta de confianza en el futuro, como señalan las encuestas al uso..
– Hay falta de confianza en los demás: en los trabajadores, en los empresarios, en los compañeros de trabajo o de tarea, en los directivos de empresas financieras, en los funcionarios de alto nivel de la Administración y en los agentes sociales…..
– Hay falta de confianza, que quizá es aún más perniciosa, en nosotros mismos, en nuestra capacidad de superar dificultades.
Digo esto a la luz de la manifiesta incapacidad que muestran muchos de nuestros políticos y también muchos de otros ciudadanos, para cooperar, para buscar juntos soluciones, para impulsar el bien común, ya se trate de un municipio, una comunidad autónoma o el conjunto de la sociedad. Y se busca ,no pocas veces, aunque no siempre se consiga, anular el proyecto ajeno, silenciar a quien piense distinto o hace las cosas de otro modo o avanza por un camino diferente. No se razonan las discrepancias, sencillamente se busca eliminar a quien las provoca. No creo que exagero si añado que esto es fruto de la desconfianza, también en la propia capacidad para razonar.
El problema parece preocupante porque los comportamientos a los que me refiero están provocando y alimenta un clima de crispación que, si nunca se justifica, en las circunstancias actuales parece completamente fuera de lugar.
Y si se vuelve más grave cuando, al afán de destrucción se añade una radical falta de educación más básica y, no en pocas ocasiones, se provoca una pérdida generalizada de riqueza, no solo material sino también de índole moral.
¿Tenemos futuro? ¿Es una etapa transitoria, de cambio de ciclo, que nos volverá la sensatez sin tardar mucho?. Quiero creer que sí. Una gran cantidad de ciudadanos asiste con desagrado y mala conciencia, pero encogida ante la agresividad que muestran con frecuencia los que no tienen confianza en los demás ni en si mismos, a estas manifestaciones. Solo hace falta que descubran las posibilidades que ofrece la participación ciudadana.
En otro caso, me temo que los únicos que muestren confianza -eso sí, limitada al mundo financiero- sean los inversores extranjeros.
Elvira Martínez Chacón

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